martes, 20 de noviembre de 2012

TALLER DE AUTOR: JUANA CASTRO


 El pasado miércoles 31 de octubre tuvimos el placer de recibir en el aula a la poeta cordobesa Juana Castro, Premio Nacional de Crítica en España y Medalla de oro en Andalucía, entre otros muchos; acompañada en todo momento de la escritora argentina Noni Benegas, quien ayudó a Juana magistralmente durante todo el taller.
 
La escritora no introdujo en su biografía de una forma muy peculiar, a través de seis imágenes, seis escenas cinematográficas que simbolizan los principales momentos de su vida:

1.-En la primera escena se ve a una familia, los padres y la hija pequeña acercándose al cortijo por una vereda. Repentinamente los padres se paran y hablan acerca de los estudios de la niña, la niña es Juana, que será enviada a un colegio de monjas porque su madre está totalmente convencida de que la niña debe estudiar.

2.- Se ve un grupo de mujeres cosiendo en el cortijo, y mientras lo hacen, la niña lee una novela en voz alta.

 
3.- Año 68, el casamiento por la Iglesia de una mujer vestida de forma insólita, de azul celeste.
4.- Alcaracejo (Córdoba). La novia de la escena anterior es la maestra del pueblo y ese año participa con su marido en un belén viviente que han organizado para captar la atención del pueblo. La mujer está acostumbrada a hacer todo con el marido, pero esta vez ella se va a casa para dar el biberón a su hija. Cuando el marido vuelve a la casa su mujer no está.


 

5.- La mujer pasea por Córdoba y en un puesto encuentra una revista que llama su atención 'Vindicación Feminista', la mira y la compra; y en ese momento entiende que lo que para ella había sido un sentimiento, ahora está escrito. Feminismo.

6.- Es de noche, todos duermen menos ella, es su momento de escribir.

 De las 'escenas biográficas' de Juana aprendimos que quizá ella nunca habría escrito si no se hubiera visto inmersa en dos conflictos: un conflicto social, el relativo al colegio de monjas, vestida de uniforme y rodeada de niñas que no son de su clase social. Y un conflicto de géneros, al no entender por qué la mujer viene de trabajar del campo y debe ponerse afanosa con el trabajo en la casa, mientras el hombre no mueve un dedo. Hay algo que falla, y que no entiende, ¿por qué ellas?
Y de ahí nació su necesidad de escribir, de expresar esos desajustes, esos conflictos, esas injusticias universales que nunca llegó a entender, su grito tenía que ser oído y fue gracias a la poesía.


Haciendo un recorrido rápido por las obras de Juana Castro me gustaría destacar aquellas que llamaron mi atención. En primer lugar su obra 'Del dolor y las alas'. Me enseñó que el dolor también puede convertirse en arte, y que el llanto muchas veces hace bien, como le hizo bien a ella escribir con los ojos humedecidos después de la muerte de su hijo. Y a continuación os dejo el poema que recitó dedicado a su hijo, '¡Señor!'.
 ¡SEÑOR!
Mis seis años, Señor, y ni un almendro.
Ni una copa de luz para mañana,
ni una piel de león para la huida.
Un niño sin sonrisa es un desierto.
Me has barrido de flores
y un huracán siniestro me adelgaza los pies,
el paladar y el sueño.
La espalda es una curva que sujeta mi madre
y no sé ni llorar, porque el dolor me anega como un grito.
Mis hermanas están frente a la aurora
con un panal abierto en las rodillas.
Yo me miro las cuencas maduradas
y te clamo ¡Señor! porque tu nombre verde
es el único tallo que sostengo
desde que el mar me muerde y me vendimia
 
 

  Y un poema que asimismo me impactó fue 'De la libertad que el cetrero regala a su ave' incluído en su libro 'Arte de cetrería', poema que habla de que cuando una pareja se separa, marido y mujer no han de acabar mal, si el amor se acaba, es mejor dejar al otro volar, pero no tiene por qué haber un sentimiento de rencor, reproche u odio al otro ( Que Dios te guarde siempre, ave mía lejana. Sonriamos ahora, en esta despedida que debe ser amable...Que te guarden los dioses aquí y en toda ruta. Yo te beso los ojos, y en tu frente mis verticales votos deposito y brindo por tu dicha) Trató también aquí la autora el tema del maltrato, y de los cientos de casos que actualmente se dan, maridos que mantienen que 'si no es mía no es de nadie'. Tampoco podemos olvidar mencionar su libro 'Los cuerpos oscuros', que trata temas un tanto arduos, como es la enfermedad de sus padres, alzheimer y la demencia; pero lo interesante es que a lo largo del libro no se nombra ni una sola vez a la enfermedad, ésta no se etiqueta, simplemente se nombran sus consecuencias.

Sin duda el taller de Juana de Castro me ha aportado valores que, quizá por los años que no tengo, o quizá por las experiencias que aún no he vivido, todavía no habían despertado en mí. Ese 'salto a la vida' y esa 'garra' que nos incite a superar cualquier dificultad 'la poesía nos puede salvar de ir al psicólogo', decía ella. La poesía es medicina y remanso de paz y hay que dejar que los sentimientos emanen de nuestros fueros más profundos y, no mostrarlos a través de las palabras, sino de los versos ¡GRACIAS JUANA!

 L.

2 comentarios:

  1. Hola Laura:
    ¡Enhorabuena por el artículo!
    Me ha encantado la forma en la que has estructuralizado la entrada dejando claro las razones que llevaron a la brillante Juana Castro a adoptar ese tono dramático en la mayoría de sus obras.
    Además, coincido contigo en la elección que has hecho con el poema "¡Señor!". Sin duda, ese desgarro lo ha convertido en uno de mis favoritos.
    Un saludo,
    Sofía.

    http://someloveithot.blogspot.com.es/

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  2. Acabo de leer la entrada sobre Juana Castro. Me ha impresionado lo de las mujeres cosiendo en el cortijo y la niña que lee en voz alta. Parece mentira pero está muy próxima la época en la que la oralidad en la lectura estaba por encima de la lectura individual, en silencio. Y 'De la libertad que el cetrero regala a su ave' es un tífulo magistral.

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